Muchos, entre los que me incluyo, hablaron sobre una nueva generación en el futbol mexicano, algo que marcaría una pauta. Todo parecía indicar que sí. No solo estaba la sub 20, sino que la llegada de Nery auguraba un futuro prometedor, sumado a la inminente salida de Guardado al futbol europeo. Pues salieron a relucir varias verdades: la primera, que México no ha ganado ni parece que ganará, ese partido importante. No tiene con qué, no tiene el cómo. La segunda y muy relacionada con la primera, es que no hay que emocionarse sobre la sangre nueva. Si bien hay buenos elementos, el equipo juvenil fracasó miserablemente en el mundial que se juega todavía en Canadá. No sólo perdieron en 4tos de final (otra vez contra Argentina..), sino que realmente nunca mostraron buen juego. ¿Es tan difícil darse cuenta que Giovani no es centro delantero y que Carlos Vela no es media punta? Que alguien le avise al inepto de 'Chucho' Ramírez, puesto que se acaba de echar a perder una oportunidad histórica de conseguir un título importante, pero parece que todo mundo cree que un Mundial sub 20 es un torneo veraniego de preparación, puesto que nadie se atreve a utilizar la palabra 'fracaso' para describir lo que sucedió en Ottawa. La 'generación dorada' se quedó en un título donde juegan sólo amateurs, porque a la hora de enfrentarse contra profesionales, el resultado siguió siendo el mismo de la 'mayor'. El futbol mexicano regresó de golpe, en apenas dos meses, al lugar que le corresponde: la mediocridad.
lunes, 16 de julio de 2007
De regreso a la realidad
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